TOP

Entrevista a "Don Pin"


Yo me hecho con una entrevista a Maodong Chen, 'Don Pin', empresario distribuidor para 4.138 negocios regentados por chinos en España. Pongo la parte más relevante y relacionada con nuestro proyecto.

¿Por qué se fue de Qingtian?
Porque quería trabajar. Vine a España con 18 años sin saber nada de español. Entraba en las tiendas y señalaba lo que quería con los dedos: uno o dos. Para tres no tenía. Después estudié seis meses de español.
¿Cómo empezó su negocio?
Toda la familia de China y de aquí ahorramos para poder pagar el traspaso de una pequeña tienda de frutos secos a buen precio.
¿Por qué la traspasaban?
Porque sus hijos ya no querían estar detrás del mostrador. Les parecían muchas horas.
¿Cuánto tiempo hace de eso?
Yo llegué a España con 18 años, en 1998. Creo que es un país estupendo para ganar dinero si trabajas. Ahora mismo crecemos muchísimo; estamos ganando como nunca: tenemos ya 28 camiones propios y estamos facturando 50 millones de euros anuales.
¿No nota la recesión?
Lo que notamos es que querríamos trabajar y ganar más. Es una pena que nos impidan abrir los domingos y ampliar horarios. Eso perjudica al cliente, que se queda sin poder comprar pan caliente o cerveza fría a cualquier hora. Y nos perjudica a nosotros, que queremos servírsela al cliente. Y perjudica a todos, porque ese dinero, que serían más impuestos y más riqueza, no se mueve.
No todos cumplen todas las leyes.
Nosotros cumplimos la ley. Y pagamos todos los impuestos: muchos.
Muchos más que Google y Apple en España: un escándalo ya denunciado aquí.
En España residen 148.253 ciudadanos chinos: 73.557 pagan cuota a la Seguridad Social como empleados y otros 24.007 abonan su cuota como autónomos. Además, otros 3.100 estudian en todos los niveles.
Nos vienen muy bien sus impuestos.
Los chinos pagamos sus pensiones. Por eso me molesta esa pregunta tonta: ¿por qué no hay chinos enterrados en los cementerios?
¿...?
Pues por la misma razón por la que mi ayudante gallego se volverá a Galicia en cuanto se jubile. Cuando nos jubilamos, volvemos a China. Aquí sólo venimos a trabajar.
¿Sus hijos querrán trabajar igual?
La ambición china es la de trabajar más que tus padres para ser mejor que ellos. La española es vivir mejor que tus padres.
Se considera un fracaso colectivo que una generación viva peor que la anterior.
Nosotros preferimos emplear a chinos venidos de China. Los ya nacidos en España también quieren trabajar, pero ya no de empleados sino sólo si ellos son los empresarios.
¿Tiene algún secreto empresarial?
Abro un negocio y si me va mal, lo cierro y abro otro. Y entonces me esfuerzo más. No espero ayudas ni subvenciones.
¿Su ilusión?
Hacer bien las cosas: integrar a los fabricantes y crear una cadena de valor. La mitad de mis empleados ya son españoles.
¿Hacia dónde van los negocios chinos?
El típico restaurante chino acabará siendo un wok o un bar de tapas; el todo a cien mejorará su escaparate, limpieza y muestrario y hará la competencia a Zara, y abrirá El Corte Chino. Y los ultramarinos pequeños ampliarán superficie y se convertirán en tiendas de conveniencia con todo el horario que les dejen. Espero que mucho.
Hay todo a cien que deberían estar a diez por falta de orden y limpieza.
Lo que pasa es que los chinos tienen las ideas claras: saben que compiten sólo por precio: precio, precio y precio. Punto. Así que no van a invertir en nada más. ¿Necesitas un destornillador? ¡A los chinos, que allí es barato! Pero no espere que inviertan lo mismo en instalación que una ferretería.
¿Y eso le parece que tiene futuro?
Ya iremos a mejor calidad, pero me gusta que tengamos las ideas claras: ahora precio, precio, precio. Los negocios con ideas claras, aunque no sean muchas, funcionan. Ya llegaremos poco a poco a competir con las grandes cadenas de supermercados.
¿Qué piensa de la China de hoy?
Hemos progresado mucho. Y se hacen muchas cosas bien: sin correr.
Al ritmo comunista de partido único.
Creo que está muy bien que los gobernantes chinos no dejen que América o Europa les diga lo que tienen que hacer. China es muy grande y no pueden ir demasiado deprisa: sería el caos. Hay que ir a su ritmo.
¿No le gustaría llevar allí algo de aquí?
Decir con libertad lo que piensas es muy bueno. Aquí se puede; allí, no. Pero me gustaría también que en España tuvieran la continuidad de China en los grandes proyectos.
¿En qué sentido?
Aquí cada gobierno intenta deshacer lo que ha hecho el anterior: bueno o malo, sólo porque no lo han hecho ellos.

0 comentarios:

Publicar un comentario